SOBRE LA CONCIENCIA DEL CAMINAR Y DEL CAMINO

Hoy queremos tocar un tema que va dirigido a personas con las que hemos tomado contacto en estos últimos tiempos al estar pasando por momentos delicados…

¿Cuántas personas sienten que se encuentran fuera del mundo? Que tienen una vida socialmente adecuada, hacen lo que toca según las exigencias del entorno…

¿Cuántas personas no se atreven a vivir su vida, por miedo a dejar de negar su poder?

Y es que uno/a al caminar abre un nuevo sendero siempre. Nadie antes hizo lo que estamos haciendo, y nuestra vida es la primera vez que se vive en la Tierra.  El camino que estamos abriendo es nuestro  camino. Y somos libres de señalar cuál será el siguiente paso.

¿Cómo darnos cuenta de que con cada respiración dejamos nuestra huella en el mundo, y que aún muertos haremos que las flores crezcan.

Y es que sólo mentar el poder hace que a algunos les entre miedo… y con motivos. Quizá el problema no sea el poder,  sino cómo canalizarlo para construir nuestro destino. Y quizá parte de la respuesta a nuestros deseos, esté en darnos cuenta que los barrotes que forman nuestra cárcel, no son reales, sino imaginados.

Podemos anestesiar la sensación de vacío, abandonándonos a la hipnosis colectiva y dejando que cuando nuestro equipo favorito gane la Copa de Europa, sea el momento más feliz de nuestras vidas… O podemos empezar a dejar de poner en las manos del mundo los huevos de nuestra felicidad y construir una manera personal de disfrutar y vivir nuestra vida.

Dicho esto, proponemos la siguiente meditación:

En primer lugar, como en otras meditaciones, conectar-crear el canal central… YO SOY. Y mantenernos en él hasta que notemos que podemos concentrar la atención sin problemas.

Posteriormente, elevar la mente hacia arriba y conectar nuestra parte más elevada. De esta manera, conectar con esa fuente de energía y dejar que nos inunde, entrando por la fontanela y llenando todo el cuerpo. En ocasiones se puede sentir, cuando la presencia es muy fuerte, como una columna de energía que rodea nuestro cuerpo y va del cielo hasta la Tierra quedando nosotros en medio. En cualquier caso, no es relevante que sea fuerte o no… Se trata de vivir esta conexión. Si no conectamos, no pasa nada, simplemente pasamos al siguiente párrafo.

Para finalizar, podemos acabar con una meditación craneal. En la meditación craneal, al inspirar, notamos cómo la energía entra por la frente (tercer ojo, un poco por detrás y arriba del punto medio entre las cejas), con la lengua en el paladar blando. De manera que al inspirar la energía vaya desde este “tercer ojo”, hasta un poco por encima de la punta de la lengua que se encuentra en el velo del paladar y de ahí, suba para ser expulsada por la fontanela en la espiración y salga con fuerza como un sifón de energía, limpiando los pensamientos parásitos y elevando la conciencia hacia lo alto mas allá de la fontanela. Podemos incorporar el recurso de añadir el mantram “SHO” en la inspiración y “HAM” en la espiración, consiguiendo así que parezca que nuestro aliento pronuncia “SHO HAM”.

Andres Roca ©

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