Se han hecho estudios científicos en los que se ha comprobado que entre un 10 y un 20% de lo que vemos tiene que ver con la luz que entra por nuestros ojos. Siendo esto es así, entonces… ¿Qué pasa con el otro 80%?
El otro 80% está relacionado con nuestras expectativas, con nuestros filtros de percepción que llevamos cuando miramos. Está relacionado con aquello que estamos buscando, con el significado que imponemos al mundo cuando atendemos… Ahora se entiende el éxito de los magos… que tienen la habilidad de jugar con nuestra percepción, haciéndonos ver lo que no vemos y dejar de ver lo que vemos.
De acuerdo con esto… Nuestra comprensión del mundo define nuestra realidad, haciendo que vivamos en un mundo u otro!. Una vez que aceptemos que vivimos en un mundo concreto… Le damos sentido a lo que percibimos en función de nuestra comprensión. Es decir, si crees que el mundo está lleno de cabrones, ten por seguro que vas a ver muchos. Si piensas que la gente es maravillosa… da por hecho que de eso vas a ver también mucho. El reto siempre será abrir la perspectiva, notar sin juicios, sabiendo que, en cualquier caso, siempre quedará contaminado tu mundo con tu esencia, ya que como observador también eres lo observado. Y si te desvías mucho en tus comprensiones, la aséptica y tozuda realidad te dará como un yunque en las narices para que espabiles y aprendas cómo es en realidad. Para que mejores tu modelo del mundo.
Por otro lado… ¿Cuántas veces nos hemos visto posicionándonos desde una perspectiva u otra, sin comprender en profundidad los argumentos que defendemos? ¿Cuántas veces hemos visto anestesiados desgracias que se nos presentan en las noticias? ¿Cuántas veces hemos defendido argumentos basados en la separación y el miedo?
Y es que… las personas cuando estamos aletargadas, somos capaces de aceptar la realidad que se nos presenta como real… sin pensar demasiado en ella.
Aquí hay que apuntar una verdad que se da en los procesos de hipnosis, como es que: “el hipnotizador se sirve de la ilusión del poder para dar credibilidad a sus mentiras”. Dejo esta frase ahí para quien quiera que medite sobre sus implicaciones.
En este punto, podemos analizar el efecto que una película tiene en las personas. Una buena película nos emociona, nos hace sentir vivos, nos permite vivir desde la perspectiva de otras personas… Sin embargo, depende de cómo atendamos, puede tener un coste. El coste de que las personas nos hacemos buenas en aquello que practicamos. Y si practicamos el meternos en la película olvidándonos de nosotros mismos y lo repetimos mucho… ten por seguro que luego te meterás en el mundo la mar de bien de esa misma manera, olvidándote de ti mismo. Esto es un aprendizaje, un hábito, una manera de estar.
El tema es que aceptamos la realidad que se nos presenta más fácilmente, cuanto más aletargados estamos… Y las teles se hacen cada vez más grandes porque el tamaño tiene la cualidad de atrapar y satisfacer uno de los mayores placeres que está encontrando el hombre del Siglo XXI: “el aletargamiento feliz”.
Dicho queda esto para que seamos conscientes de algunas de las dificultades que nos podemos encontrar en el proceso de la meditación. Con la meditación estás recorriendo un proceso inverso que puede cambiar tu mundo… si quieres. Una manera diferente a como vienes practicando durante largo tiempo, una manera diferente a cómo la sociedad te invita a estar. Igualmente, podrás sensibilizarte a cómo construyes tu mundo desde adentro, siendo consciente de las implicaciones que va a tener que te pongas unos filtros de la atención u otros. Tenemos la oportunidad de ser conscientes de nosotros mismos mientras vivimos… Cosa que no se fomenta con carácter general. Darnos cuenta de que el universo se hace consciente de sí mismo a través de nuestros ojos (oídos, percepciones a través de la piel, olor, intuición, equilibrio, etc). Igualmente, también se puede practicar esta manera de relacionarse con el cine o con la pantalla del ordenador, con el vecino o con el jefe… Una manera en la que uno no se pierde en la pantalla, en el otro, en los pensamientos, etc. Sino que mantiene la consciencia de ser mientras vive.
Andres Roca ©